jueves, 10 de abril de 2014

NO HAY NADA MEJOR QUE TENER UN BUEN VENENO A MANO

Os habéis detenido a pensar cuántos personajes históricos han muerto envenenados? Todos los Reyes, Papas y Emperadores, tenían un catador de comida oficial. El hombre tenía un buen sueldo, pero muchas veces era para pagarle el entierro.
Y es que no hay nada como un buen veneno a mano. Si alguien estorba,¡Zas!, de entierro.
El primero y más facilón son LAS SETAS. A los que les gustaban las setas, como estorbaran a alguien, le echaban una venenosa entre las demás y al otro barrio.
Luego ya, empezaron venenos más sofisticados sacados de plantas como la cicuta.
Más tarde, algunos componentes químicos también servían como el mercurio, el plomo.

Lo mejor del caso es que como no se hacían autopsias, nadie sabía que había sido envenenado y con qué. Sólo se sabía que había muerto en extrañas circunstancias, normalmente con vómitos, y horrorosos dolores de estómago.

Si les convenía dejaban el bulo de que a lo mejor le habían envenenado. Normalmente eran mujeres, madres o despechadas las que utilizaban el veneno. Después había monjes y la familia Borgia que estudió mucho sobre el tema y llevaba unos anillos con veneno, que se lo daban  al primero que les interesaba.
Más sofisticados eran los venenos por contacto. Libros o cartas envenenadas que solo tocarlas, al cementerio.

Un personaje histórico, dudando de todo el mundo, le gustaba coger higos directamente del árbol, hasta que alguien interesado en su desaparición inyectó veneno en todos los higos que colgaban del árbol, así que el buen señor, confiado en su truco, se comió un par de higos y...de entierro.

En los dos próximos artículos, veremos cuánta gente murió por esta causa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario