martes, 16 de agosto de 2022

La operación de Fistula de Luis XIV

 En 1686 el Rey tenía un doloroso bulto en el ano. Lo disimulan a muy bien, pero llegó un momento que no podía montar a caballo. Y es que tenía un dolor tremendo. Tenía 44 años. 

La enfermedad se guardó en secreto. Tuvo que aguantar todo tipo de cataplasmas, de plomo y cicuta, cuatro enemas al día... Y lo peor, nadie se fiaba del cirujano real. Estas operaciones acababan en el cementerio. 


Los médicos reales no sabían cómo curarlo, así que reunieron un grupo de personas con su misma dolencia para experimentar con ellos. Que decían que las aguas de un sitio curaba eso, los llevaban, y venían igual, que decían que las aguas de ot ro sitio, lo curaba, nueva excursión.

Llamaron al doctor Félix, que le pidió que esperara unos días. 

El Cardenal Richelieu había muerto del tratamiento que le dieron por este problema. 

Félix usó un bisturí sólo para el Rey. Con otros pacientes se reutilizan bisturí es sin limpiar que producían más enfermedades e incluso la muerte. 

En pocos minutos, estaba operado y al día siguiente, ya pudo recibir embajadores y pocas semanas después montar a caballo.

Todos los nobles parisinos quisieron operarse de una Fistula la tuvieran o no.

El doctor Félix se convirtió en una celebridad nacional. El Rey se lo agradeció dándole una fortuna con la que se compró una finca. Al morir Félix donó está finca a la comunidad de cirujanos para que se creara la Real Academia de Cirugía de Francia.