viernes, 2 de junio de 2023

La Cruel venganza de Constantino I

 En el Imperio Romano, Constantino I, enviuda y  se vuelve a casar. Su segunda mujer se llama Fausta. Tiene tres hijos, Constantina, Helena y Crispus. Se llevan todos muy bien, no hay conflictos. Se llevan muy bien con su madrastra.

Quizás demasiado bien...

Una tarde, cuando Fausta se encuentra con su marido, le cuenta que su hijo Crispus, que tiene veinte años, persigue sus ardores. El Emperador, monta en cólera . El chico trató de arrastrar a su madrastra a su cama. Constantino decide castigar severamente a su hijo por querer tener sexo con su mujer. El príncipe que está en ese momento desplazándose a Istria, será ejecutado fríamente por su padre, sin mediar palabra.

Pero la armonía familiar no se va a recuperar, porque Constantino, comprende que lo que le ha contado su mujer, no es toda la verdad. Con indicios que va encontrando, va a ir descubriendo poco a poco lo que en realidad pasó.

Y descubre la terrible verdad. Su hijo nunca había intentado seducir a su madrastra. Fue ella la que buscaba tener sexo con él, le había estado observando, cuando estaba sin camisa o en otras ocasiones. Pero el joven príncipe siempre la rehusó. Y temeros de que Crispus le dijera algo a su padre, fue ella la que atacó primero, denunciando al joven, denuncia que le llevó a la tumba.

Si Constantino no dudó en asesinar a su hijo, tampoco va a mostrar clemencia con su esposa que le ha traicionado doblemente. Pero el castigo que le va a dar, sobrepasa en crueldad, lo imaginable.

Constantino, hace preparar el baño para su esposa, debajo de la bañera hay una hoguera para calentar el agua. Cuando el criado le dice que el agua ya está caliente y va a apagar el fuego, el emperador le dice que no, que siga calentando el agua. La reina que no teme nada, se desnuda y entra en el agua, dando un grito de dolor, ya que el agua está hirviendo.

Cuando va a salir, unos sirvientes, la cogen y la obligan a meterse del todo en la bañera. El suplicio acaba de comenzar. Los servidores atizan bien el fuego, parece una olla en el fuego, y allí lentamente Fausta, se va cociendo. 

El Emperador no autoriza a sus servidores a sacarla del agua. Sólo lo hacen cuando esté muerta.

La venganza es un plato que se come caliente.

De:  https://www.curieuseshistoires.net/le-bain-de-vengeance-de-constantin-ier/