jueves, 16 de octubre de 2014

Arte

Yo soy un enamorado del Arte, sobre todo de la arquitectura. Y si queréis saber mis gustos, le estilo que más me gusta es el Románico, seguido del Gótico y también el Modernismo. Hay estilos que me gustan menos y, está mal decirlo, algunos que no me gustan.
Pero si queremos ayudar a que a las nuevas generaciones les guste un estilo arquitectónico, no podemos inculcarles el Arte, como una clase de principios de siglo, dándoles apuntes y apuntes, llenos de nombres como arbotantes, artesonados, plantas, columnas, fustes,grifos, etc.-
Algo que un profesor, no debe olvidar, es que nosotros también tuvimos 16-18 años.
Para hacer que se enamoren del Arte, no se puede impartir una clase-ladrillo. Ya sé que los temarios mandan y hay que dar un estilo por semana, pero se aprende más con unas diapositivas o un vídeo, que a base de dictar apuntes. Y todavía más. No se aprende más por enseñar 14 Iglesias, que por hacerlo con una, bien explicada.

Muchos de mis compañeros de profesión, tienen alergia a "sacar"a los adolescentes del Instituto, pues quieren que se porten como adultos, (olvidan su adolescencia). A veces programan una visita, por ejemplo a Ávila, que está a 111 km de Madrid, y allí les atiborran de Iglesias, Murallas, Catedral, Sta Teresa...........apenas pueden tomarse un bocadillo o comer, sin tener que salir corriendo a ver esto u lo otro. Por hacer esto, no van a aprender más. Al contrario. No van a volver más a Ávila.

Si lo que se trata de estudiar es el Románico con ver en profundidad S. Vicente que es un templo románico, dar un paseo por la Catedral a la que se accede por una puerta de la muralla es más que suficiente.

Pero no hacer una visita de papagayo. Ya sabemos que el profesor sabe mucho. Hay que preparar la visita, darles en unos folios, un plano de la Iglesia y hacedles que vayan señalando algunas cosas de las que se explican o  que dibujen algo y que luego ese trabajo sirva para algo. Y dadles tiempo libre, que visiten la ciudad o que señalen en un plano varios sitios que queráis, pero que vayan a su libre albedrío. Quedad con ellos en la Plaza Mayor, que todo el mundo la encuentra.

La próxima vez que organicéis una excursión de Arte, querrán ir. Lo habrán pasado bien. Recordarán siempre esa salida.

Pero si queréis que vuestros alumnos odien el arte,hacedlo a lo clásico. Solo teoría y visitas. Conseguiréis que no se quiten los cascos.

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