sábado, 17 de septiembre de 2016

VALIDOS: Fernando de Valenzuela, "El Duende de Palacio".

Durante la minoría de edad del que fuera después Carlos II, tuvo que asumir la Regencia su madre la Reina Dª Mariana de Austria.

Era caballerizo en la Corte, pero era un hombre muy ambicioso y muy ingenioso, y esto le valió para granjearse la amistad de mucha gente, que le contaba todos los rumores, cotilleos y bulos que había por Madrid.

La Reina, que se debía aburrir como una ostra y que le encantaban los cotilleos, supo de su existencia, y se enteraba de muchas cosas gracias a él. Le llamó "El Duende de Palacio", y en agradecimiento a los ratos pasados, le colmó de honores, cargos , títulos y riquezas. Esta fue una de las causas de que hubiera mucha gente que no veía con buenos ojos esta actitud.

Cómo viera que peligraba su status, dicen que convenció a la Reina de alargar la mayoría de edad del heredero, Carlos II.

Por un accidente de caza, quedó un poco contusionado y el heredero le nombró Grande de España. Carrera meteórica, de cuidador de caballos a Grande de España. Naturalmente, la nobleza, no admitió esto y empezó a ponerse en su contra, hasta que el bastardo real D. Juan José de Austria, tomó cartas en el asunto en su contra, que se presentó en Madrid con un ejército para apartarle del Cargo. El valido huyó al Escorial, a pedir ayuda a los monjes, pero le entregaron a la justicia y le condenaron al destierro. Nada menos que a Filipinas.

Cuando tenía cerca de 60 años, le trasladaron a terminar su destierro en México.
Pero su mala suerte no había terminado, a poco de llegar un caballo le dio una coz en la cabeza, lo que le ocasionó la muerte.

Curiosa coincidencia, empezó y terminó relacionado con los caballos

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