Bueno, ya hemos visto como se las gastaban nuestros antepasados en la Edad de Piedra. Ahora, siguiendo cronológicamente, vamos a ver los godos en que pensaban.
Su moral sexual era más rigurosa que los romanos y además como se hicieron cristianos, pues se acabó lo que se daba. San Isidoro, con esa mirada que todo lo que ve es pecado, prohibió el circo por ser un culto al demonio y el teatro porque había cantos obscenos, se bailaba y cantaban los dos sexos juntos y estaban juntos de manera repugnante. Así que con tanta prohibición, el adulterio siguió reinando por el entorno. Los matrimonios se celebraban al margen de la Iglesia y si había adulterio, se disolvía. La esposa estaba sujeta al marido incluso si enviudaba. El marido no estaba obligado a ser fiel con su esposa.
En estas estaban cuando llegaron los musulmanes. Los nativos (españoles) se convirtieron enseguida pues la nueva religión legitimaba el placer sexual y animaba con bellas mozas.Las que lo tuvieron peor fueron las feministas, ya que la mujer se considera inferior al hombre. Y está para ser el reposo del guerrero. Hay muchas metáforas, como la que dice que la mujer es como una silla de montar, si desmontas, puede subirse otro. Y otras zalamerías por el estilo. Aceptada la deficiencia mental de la mujer, no hay que fiarse mucho de ella y hay que vigilarla y atarla corto. El Corán dice que cuando zurremos a la mujer hay que procurar no causarle lesiones. Así que en algunas zonas decidieron extirparle el clítoris, y se sigue haciendo, pues pensaban que así no tenía placer. Pero en Córdoba fue diferente. La mujer tenía mucha más libertad.
En los Reinos de Taifas, la sodomía se practicaba con total libertad.
Estaba prohibido fornicar con animales y solo se permitía si era bueno para la salud del fornicador pues creían que las enfermedades venéreas se curaban haciéndolo con la mula o la vaca.
También estaba muy indicado con mujeres negras.
Pero lo bueno, se acaba y llegó la Reconquista.
La vida había que aprovecharla, pues no se vivía más de 50 años. Así que sin fútbol, la gente iba al sexo. La Iglesia siempre vigilante publicó la siguiente lista en el siglo X: por un beso muy ardoroso, 20 días de penitencia;por eyacular dentro de la Iglesia, 15 días. ¡Qué gentuza!;por actos homosexuales si es obispo 20 años, (ya estábamos con esto?)si es adolescente, 40 días;por copular con un cadáver 4 días (muy desesperados debían estar);si la mujer yace con el burro 15 años, ¡qué burrada!, si el marido sodomiza a la mujer 3 años. Si está con la menstruación y lo hacen 20 días.
Pero bueno qué gentuza es esta y nosotros creyendo que estaba trabajando siempre.
Inventos de esta época son el derecho de pernada de los nobles y el cinturón de castidad que empezó en el siglo XV.En 1903 se patentó in modelo actualizado. Y se siguen fabricando aunque para los del sadomaso.
La potencia del marido y la virginidad de la esposa se mostraban enseñando la sábana de la primera noche.
Y llegaron los Reyes Católicos. Casi todos los granadinos eran bisexuales, así que ellos acabaron con esas costumbres. Los sodomitas a la hoguera.
Las mujeres empezaron a llevar un tipo de vestido con un armazón de aros muy útil pues disimulaba embarazos. La esposa era propiedad del marido y si no venían hijos, se recurría a la magia o a potingues, de ahi el dicho de "lo que se come , se cria" porque a Fernando el Católico, ya mayor le dieron un batido de huevos de toro, para espesar el semen. Al pobre le sentaron como un tiro y se fue para el otro barrio.
Del siglo XV al XVIII,aparecen las brujas y los demonios. San Agustín que debía estar muy aburrido, comenzó a investigar sobre el sexo del demonio y Santo Tomás también empezó a inventar cosas. Empezaron a darles nombres si eran macho(incubo) o hembra(sucubo) y medir el falo del diablo, y lo retrataron con cuernos y rabo. Y algunas monjas reprimidas empezaron a decir que habían dormido con alguno. Así que le inventaron una historia sexual. Unas decían que tenía el pene frio y suave , pero una bruja catalana dijo que estaba dividido en dos. La mitad de hierro y la otra de carne. Otra dijo que le daba el diablo un lametón y la dejaba marcada y ahi vemos a los inquisidores buscando en el cuerpo de las mujeres esa marca.
Poco pensaron las desdichadas lo que les iba a pasar después con la inquisición.
Todo esto y mucho más en el libro:de Juan Eslava Galán: HISTORIA SECRETA DEL SEXO EN ESPAÑA. Biblioteca Erótica. Temas de Hoy
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